El Mosquito es
un descubrimiento que hice hace poco gracias a una amiga a la que le gusta la
gastronomía exótica. Lo que me sorprendió desde el primer momento fue el nombre del restaurante: ¿mosquito? Curioso como la comida que ofrecen, ¡y fácil de recordar!
Este
restaurante se encuentra en el Born junto a un agradable paseo justo detrás del carrer Comerç y al lado del carrer Princesa. Un espacio pequeño siempre lleno de gente joven, dónde
conseguir una mesa se convierte en todo un reto, aunque uno siempre puede optar
por cenar en la barra. Tiene su gracia.
Un local algo
oscuro pero cálido, con cierto aire oriental. La decoración es sencilla, las
mesas y sillas son de madera y lo que lo hace todavía más acogedor es que desde
una de las zonas puedes ver la cocina y cómo preparan los platos. Uno no puede
evitar mirar a ver si ya sale el suyo. La verdad es que tiene mucha gracia
tanto para ir a comer o cenar fuera con un pequeño grupo de amigos o con
pareja.
Una carta de tapas asiáticas que se basan sobre todo por una gran variedad de gyozas para todos los
gustos carnívoros y vegetarianos, cocinadas tanto al vapor como a la plancha… son
su especialidad y la verdad es que, ¡están increíbles! Siempre he tenido predilección
por este plato en restaurantes japoneses y chinos, pero he de decir que la
forma de cocción de la masa está en el perfecto punto. Siempre que he ido he
pedido varios platos de diferentes tipos de guiotzas… cuando te los van
trayendo no sé cuáles son cada una y, o se lo pregunto o espero a ver si lo
descubro yo misma.
Hay algunos
otros platos interesantes con tofu, pescado, fideos… aunque recomiendo comer
las guiotzas al menos la primera vez que se va. Encontraréis una variada
selección de cervezas para acompañar la
comida, una pena para aquellos que se decantan por el vino porque nuestra
opción es limitada, pero he de decir que en la segunda ocasión que fui el vino
de la casa me sorprendió y era muy correcto.
El precio,
otro de los motivos para que esté siempre lleno de gente joven en un barrio de
moda. Por eso mismo, aviso ya, reservad en la medida de lo posible si queréis
mesa. Siguiendo con el precio, como se trata de un tipo de comida asequible, te
permite comer o cenar a un módico precio de unos 20-30 euros dos personas,
aunque todo depende de con quien vayas a comer… ¡porque yo he llegado a ir con
algunos que se han puesto las botas!
Sólo puedo
decir, hay que probarlo, yo me he enamorado…
¡de sus gyotzas de pato!