lunes, 23 de enero de 2012

Alba Enric Granados - elegante, sobrio y exquisito


En una de mis calles preferidas de Barcelona encontramos un restaurante acorde con su localización. Enrique Granados, en mi opinión, es una calle tranquila, que queda apartada del bullicio del resto del Eixample. Una calle peatonal y que da poca vía de circulación a los coches, por lo que se convierte en un paseo acogedor, con multitud de terrazas y tiendas de moda. Una calle que mantiene el estilo modernista de sus edificios y que transmite cierta clase y elegancia tradicional, sin llegar a ser superflua.

Eso es lo que la hace que la localización sea coherente con el tipo de restaurante que es el Alba. Un lugar de elegancia sobria debido a su decoración homogénea y sutil, dónde predomina la tranquilidad en todo el local. Es un local que transmite cierto lujo de estilo francés, aunque con un toque vanguardista.

Sirven un tipo de platos de gastronomía mediterránea basándose en los ingredientes y su cocina tradicional, sin grandes elaboraciones sofisticadas ni mezclas innovadoras. Una materia prima de buena calidad y la delicadeza con la que se preparan los platos son la clave de la exquisitez de sus platos.

El restaurante está compuesto por dos plantas amplias con capacidad para grupos grandes, así como de una agradable terraza dónde hasta en invierno puede disfrutarse de un cóctel a última hora de la tarde junto al calor de sus estufas. En el segundo piso, el restaurante dispone de dos pequeñas terrazas en las que se puede comer o cenar agradablemente cuando el tiempo acompaña, disfrutando viendo pasar a la gente del barrio por esta encantadora calle. Éste es, para mi, un lugar privilegiado dónde poder disfrutar de una velada romántica  en pareja de noche, no cabe duda.

La carta de vinos es excepcional, ya que disponen de una amplia bodega. Asimismo, se trata de un restaurante caro, ya que el precio por persona oscila alrededor de unos 45-50 por persona. Aún así, la calidad de la comida es excepcional y el personal muy servicial. En general, suele estar frecuentado por personas a partir de 30 años, debido a su precio y a la localización.

La carne roza de buey a la piedra y los canelones trufados son dos de sus platos números uno, sin olvidar claro está, sus fantásticos pescados al horno y sus huevos estrellados. Debido al éxito de su restaurante hermano, el Alba París, abrió el Alba Granados ofreciendo una localización única para mí. 

Para mí, un lugar que permite comer comida de calidad sin grandes elaboraciones, disfrutando de un lugar acogedor envuelto de cierta sofisticación muy delicada. Recomiendo, como bien he dicho, disfrutar de una cena a la luz de la luna en la terraza, en medio del emblemático y tradicional barrio del Eixample.


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