lunes, 30 de enero de 2012

Bodega Sepúlveda - lo bueno de comer como en casa



La Bodega Sepúlveda es un restaurante de toda la vida situado, como bien indica el nombre, en la calle Sepúlveda junto a la Ronda de Sant Antoni. Se trata de un establecimiento familiar, dónde uno se siente muy acogido entre un servicio muy atento y de carácter espontáneo y natural, y una clientela diversa bastante asidua.

Cuando digo familiar, me refiero a que tanto por el tipo de empresa que ha ido pasando de padres a hijos así como por la clientela que suele acudir. Yo mismo conocí este lugar por familia, ya que suele ser un lugar dónde suelen acudir con frecuencia familias y conocidos de toda la vida. Aunque también es un lugar encantador para ir con la pareja o con amigos, no cabe duda, cuando se busca disfrutar de una buena comida más que del romanticismo o la modernidad del local.

El restaurante está dividido en dos pisos pequeños muy acogedores y cálidos. La decoración recuerda a las antiguas tabernas y bodegas, ya que, antiguamente fue en sí una taberna que posteriormente pasí a ser un restaurante que, como bien he dicho, fue pasando de padres a hijos. Se caracteriza por un mobiliario de madera oscura, los techos no muy altos, los pasillos estrechos y los pequeños cuadros y fotografías de ellos junto a personajes conocidos. A pesar de que el establecimiento en sí recuerde a las antiguas y tradicionales tabernas de barrio, la atmósfera que se respira en él es de serenidad y calma.

Sólo entrar llama la atención (y al mismo tiempo hace segregar el paladar) la vitrina que tienen debajo del mostrador, dónde pueden verse los diferentes productos frescos y de temporada que tienen para la elaboración de los platos (pescados, carnes, jamón...)

Ofrece una cocina tradicional principalmente catalana de muy buena calidad, aunque también se encuentran platos procedentes de diferentes partes de España. Recuperan recetas tradicionales elaboradas de forma cuidadosa y con algún toque diferente (probar sin falta no sólo sus fantásticas croquetas de l'àvia, si no también, las de chipirones, están para chuparse los dedos). Ofrecen así platos tradicionales de pescados, carnes, ensaladas, revoltillos diversos, así como una selección de embutidos y quesos.

Hay un carpaccio que me entusiasmó y merece la pena probar, de calabacín. bacalao y parmesano.
Otros platos típicos son la morcilla, la tortilla de bacalao "ajoarriero" y los mejillones, entre otros. Respecto a los vinos, disponen de una amplia bodega con gran abanico de precios, aunque siempre vinos de diferentes ciudades españolas de primera calidad. 

Los platos se sirven en abundantes cantidades, lo que es de agradecer, ya que elevada calidad en grandes cantidades cuesta de encontrar. Por su parte, el precio es bastante asequible, ya que por 30 euros por persona puedes disfrutar de una buena comida junto a un buen vino.

Sin duda, un buen lugar tanto para una comida o cena más de fin de semana, en un lugar que transmite confianza y buen humor, del que uno sale siempre muy agradecido y con ganas de volver.




Podéis consultar toda la carta en su página web: http://www.bodegasepulveda.net/





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