Cualquier amante de la comida del norte muy seguramente ha estado o ha oído hablar de este restaurante situado en el Eixample Esquerra, ya que es conocido como el mejor de la ciudad. Un restaurante que ofrece tanto una primera zona de barra para comer "de pinchos" al estilo del norte: de pié pegado al de al lado y estirando el brazo al máximo para coger ese último pincho que tiene tan buena pinta y que no paran de robarte, bebiendo el típico Txakolí de la tierra que entra fácilmente y hace que salgas haciendo eses y sirviéndote de tantos pinchos como quieras mientras seas luego honrado y te guardes todos lo palillos (muchos hacen trampas).
Este lugar lleva mucho tiempo en el barrio y suele estar frecuentado por una clientela habitual, tanto personas mayores del barrio asiduos de toda la vida como trabajadores de la zona de diferentes edades. Es el lugar perfecto para, por ejemplo, al salir de trabajar entre semana, quedar para tomar un pincho antes de cenar o para picar algo al mediodía. Sólo entrar, desconectas completamente de todo pero no por la relajación que transmita el lugar si no todo lo contrario, por la vitalidad y alegría que se respira dentro.
Eso sí, esas horas son horas punta ya que está llenísimo de gente, como los sábados al mediodía, debido a la fama de sus pinchos y a que la zona de la barra no es muy grande (aunque, si lo fuera, creo que estaría igual de lleno). El hecho de que además, el precio de los pinchos sea asequible, fomenta que tengan siempre el local lleno.
Eso sí, esas horas son horas punta ya que está llenísimo de gente, como los sábados al mediodía, debido a la fama de sus pinchos y a que la zona de la barra no es muy grande (aunque, si lo fuera, creo que estaría igual de lleno). El hecho de que además, el precio de los pinchos sea asequible, fomenta que tengan siempre el local lleno.
Pueden encontrarse una diversidad de pinchos para todos los gustos, tanto fríos como calientes, ya que los calientes van saliendo continuamente de la cocina ofreciéndose a los clientes, aunque muchas veces también pueden pedirse directamente.
El restaurante en sí ocupa la otra sala del local, dónde pueden comerse platos tradicionales donostiarras con excelentes ingredientes y en grandes cantidades, como ya les gusta a los del norte. Comer en el restaurante es más caro, pero está bien relacionado con la cantidad y la calidad de los platos. Por ello mismo suele estar más frecuentado por una clientela más mayor que en la zona de pinchos. Los platos van des del chuletón de buey hasta el tronco de merluza o la ensalada de txangurro y, cada plato está cocinado y preparado perfectamente evitando las sofisticaciones, es decir, no buscando sorprender al cliente con el diseño de sus platos, si no dando importancia a que éste disfrute con el sabor de los mismos.
El Taktika Berri valora sobre todo el que sus clientes disfruten con la comida que se les ofrece, dando menor importancia a la decoración del local, por lo que ésta se basa en una decoración sencilla y básica sin ningún tipo de sofisticaciones.
En mi opinión, el Taktika Berri es un lugar perfecto dónde tomarse un Txakolí o una cerveza junto un par de pinchos antes de cenar junto con un par de amigos o con la pareja mientras se disfruta de su entorno bullicioso pero divertido y alegre. El restaurante está bien para poder ir a comer o cenar entre semana o para comer los sábados (cierra el resto del fin de semana) tomándoselo ya con cierta calma junto a la familia o pareja, por ejemplo (ojo, sábados reservar, si no, imposible).
Me han entrado unas ganas enormes de ir, sólo pensarlo se me hace la boca agua!!!!
ResponderEliminarHelen
este sitio es una maravilla!
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